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MÁS QUE OBESOS, QUIZÁ HINCHADOS

Se ha quedado hinchado como un globo, decimos en ocasiones, de manera bastante faltona, para referirnos a la obesidad de alguien. Y puede que con tan impertinente expresión acertemos más de lo sospechado. Este es justo el objeto de investigación en el que está enfocado el doctor Juan José Martínez García, del Instituto de Investigación Biosanitaria de Murcia (IMIB), con un propósito de interés universal en nuestro opulento mundo. «Fundamentalmente perseguimos entender mejor cuales son las diferentes causas por la que se desarrolla la obesidad», explica. Su propuesta es tan llamativa como interesante, «creemos que una de esas causas de las que socialmente se habla muy poco es la inflamación». Así que sí, puede que la frase, sin quitarle un gramo de insolencia, no ande en algunos casos muy lejos de la realidad.

«Cuando se habla de inflamación, la gente piensa en una parte del cuerpo que se hincha por un golpe, o la zona enrojecida del picotazo de un insecto. Sin embargo, la inflamación implica mecanismos celulares que son internos e imperceptibles a simple vista», revela Martínez García, investigador principal de un proyecto avalado por la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, a través de la Fundación Séneca.

Una dieta alta en grasas resulta «muy inflamatoria para nuestro intestino, que es el encargado de absorber todos los nutrientes que ingerimos», señala el líder de este trabajo en el que también participa el investigador colaborador Diego Angosto Bazarra y el estudiante predoctoral Ignacio Quevedo Romero. Ese exceso de grasa puede generar cambios en nuestra microbiota intestinal y causar problemas metabólicos en diferentes órganos, en lo que los especialistas denominan como «síndrome metabólico», y que tiene como principal manifestación física la obesidad. «Podemos encontrar diversas patologías asociadas, como a diabetes de tipo 2, hígado graso, o accidentes cardiovasculares, que se manifiestan en una gran parte de la población y con mayor frecuencia en pacientes obesos», advierte el experto, que también cuenta con una ayuda María Zambrano para la atracción de talento concedida por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Lo que su equipo está estudiando, en concreto, es un conjunto de proteínas de las células, denominadas inflamasomas y gasderminas, enfocadas básicamente a controlar la inflamación. «Creemos que estas proteínas también son importantes para controlar los problemas que desencadena una dieta alta en grasas, así como la obesidad», apunta, de modo que acabarían «pudiendo ser efectivas como posibles terapias futuras». De momento, los resultados que han obtenido aún son muy preliminares, pero al mismo tiempo «también muy prometedores». Todavía tienen hasta final de año para obtener más frutos a un trabajo que cuenta con financiación regional desde principios de 2023, aunque «antes de que me concedieran el proyecto Séneca ya había desarrollado unos poquitos datos preliminares», explica su investigador principal. El plan es publicar los resultados a final de este 2024 o, como tarde, a principios de 2025.

Este proyecto, que lleva por nombre 'Estudio del efecto de la piroptosis inducida por gasdermina D y la activación del inflamasoma en el desarrollo de la obesidad y de patologías metabólicas', es el primero que encabeza el doctor Martínez García, nacido en Murcia en 1989. De ahí que se refiera a él como su «primera llama para realizar mis investigaciones propias en inflamación y metabolismo».

Esa inflamación del fuego investigador se estuvo pergeñando, en primer lugar, en la Universidad de Murcia, a la que agradece «sus servicios e instalaciones que facilitan la investigación» que ahora lleva entre manos, y en la que el especialista realizó su tesis doctoral, «enfocada en inflamación e infecciones». Posteriormente, Juan José Martínez emigró a Francia para realizar su investigación postdoctoral en el laboratorio del Instituto Pasteur, de Lille. Allí, recuerda, «fue donde empecé a darme cuenta de que la inflamación es mucho más importante que una simple respuesta a las infecciones, y comencé a comprender que una manera potencial de combatir las enfermedades relacionadas con el metabolismo es a través del control de la inflamación». Así se adentró en esta línea de investigación que ahora continúa de nuevo en la Región. «Cuando la Universidad de Murcia me reclutó a través del sistema de ayudas del Estado María Zambrano, no lo pensé ni un solo minuto: quería convertirme en un activo importante para la vanguardia de la investigación en la Región de Murcia, y me traje todos los conocimientos que aprendí en Francia para pedir un proyecto Séneca. Y aquí estamos».

La monitorización medioamLa rama que el doctor Juan José García, del departamento de Bioquímica y Biología Molecular B e Inmunología de la UMU, ha escogido para enfocar su carrera investigadora «es un tema que es tendencia en la actualidad» en el ámbito internacional, afirma. Él mismo, que ha trabajado en Francia, proviene «de un grupo que está enfocando sus investigaciones en inflamación y diabetes». En España «también hay», explica. Y en cuanto a la Región de Murcia «tenemos investigadores que podrían estar en el 'top' mundial de la inflamación»; al tiempo, añade, que también se encuentran «otros investigadores por otro lado con amplio bagaje en obesidad y metabolismo». Sin embargo, García es el primero, «aquí en Murcia, que conecta las dos cosas con perspectivas de crear una línea de investigación». Esta circunstancia, concluye, «es lo que le da aún más valor a nuestro proyecto para la Región», que desarrolla gracias también a la Universidad de Murcia (UMU) y al Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB).

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